Guevara, héroe y mártir de la Revolución Permanente
Por Convergencia Socialista de Combate
El 9 de octubre de 1967, un día después de ser capturado por el ejército boliviano, el “Che” Guevara fue asesinado en la localidad de La Higuera, Bolivia. Desde Convergencia Socialista Convergencia de Combate lo recordamos con las palabras del fundador de nuestra corriente, Nahuel Moreno, quien lo definió como “héroe y mártir de la Revolución Permanente”, en un artículo publicado en el periódico del PRT (La Verdad) el 23 de Octubre de 1967:
El 9 de octubre de 1967, un día después de ser capturado por el ejército boliviano, el “Che” Guevara fue asesinado en la localidad de La Higuera, Bolivia. Desde Convergencia Socialista Convergencia de Combate lo recordamos con las palabras del fundador de nuestra corriente, Nahuel Moreno, quien lo definió como “héroe y mártir de la Revolución Permanente”, en un artículo publicado en el periódico del PRT (La Verdad) el 23 de Octubre de 1967:
Con el asesinato del Che no sólo perdemos los
revolucionarios latinoamericanos a nuestro líder indiscutido, junto con Fidel,
sino al más apasionado luchador de la revolución permanente de nuestra época. Su propia vida obedece a una profunda lógica
que es la de la revolución permanente. De revolucionario pequeñoburgués en
nuestro país que no comprende al peronismo, a dirigente del movimiento pequeño-
burgués más revolucionario de Latinoamérica, el encabezado porFidel Castro.
De fubista argentino a guerrillero cubano. De jefe
guerrillero a constructor de la economía socialista. Como tal reivindica la
importancia del propio proceso revolucionario interno, de la elevación de la
conciencia de las masas. No olvida su
carácter de revolucionario latinoamericano y no deja por un minuto de señalar
que Cuba es parte de la revolución continental. Sus visitas a China, la URSS y
Africa lo ven como adalid del internacionalismo proletario, de la revolución
mundial.
Vuelto a Cuba pasa de las declaraciones y enunciados a la
preparación de la guerrilla en el eslabón más débil de la cadena capitalista
sudamericana: Bolivia. Si lo enterraron
podemos decir con Castelao: «No entierran un cadáver, sino simientes
revolucionarias». Guevara, que se jugó la vida cuantas veces fue necesario,
hasta perderla, por la revolución cubana y latinoamericana, no tuvo temor de
enfrentar y dar respuesta a los problemas más graves planteados a la
revolución.
Desde la defensa de Cuba hasta la construcción del
socialismo en la etapa de transición, pasando por las relaciones económicas
entre los países socialistas, no hubo problema de importancia decisiva en la
lucha de los trabajadores que Guevara no abordara, para darle una salida: la
revolución permanente. Los trabajos más conocidos de Guevara sobre la guerra de
guerrillas son categóricos: la defensa de la revolución cubana pasa por la
extensión de la revolución latinoamericana.
Es así como citaba el discurso de Fidel del 26 de julio
de 1963 en su trabajo Guerra de guerrillas: un método: «Es el deber de los
revolucionarios, principalmente en este momento, conocer, percibir y captar los
cambios en la correlación de fuerzas que se han dado en el mundo, y comprender
que estos cambios facilitan la lucha de los pueblos. El deber de los revolucionarios, de los
revolucionarios latinoamericanos, no es esperar que un cambio en la correlación
de fuerzas produzca el milagro de una revolución social en Latinoamérica, sino
hacer pleno uso de todo lo que favorezca al movimiento revolucionario en esta
correlación de fuerzas cambiante y hacer la revolución».
Para que no quedaran dudas de que preconizaba la
revolución permanente en el mismo trabajo citaba a Marx: «Marx siempre
recomendó que una vez que se ha comenzado el proceso revolucionario, el
proletariado revolucionario debe golpear y golpear sin descanso. Revolución que
no se profundiza constantemente es una revolución que retrocede». Con toda claridad insistía en que había una
estrategia contrarrevolucionaria de conjunto en toda América de los
explotadores nacionales y el imperialismo yanqui y que la sola respuesta era
una lucha de conjunto continental.
«Dado este panorama americano, es difícil que la victoria
se gane y consolide en un solo país. La unión de las fuerzas represivas debe
ser respondida por la unión de las fuerzas populares. En todos los países en
los cuales la opresión de las masas llega a límites intolerables, la bandera de
la rebelión debe ser levantada, y esta bandera debe tener, por necesidad
histórica, características continentales.
La cordillera de los Andes está destinada a ser la Sierra Maestra de las
Américas, como Fidel ha dicho, y todos los inmensos territorios que este
continente encierra están destinados a ser escenarios de una lucha a muerte
contra el poder imperialista».
«No podemos decir qué características esta lucha
continental adquirirá, ni tampoco cuánto tiempo durará, pero podemos predecir
su iniciación y su triunfo, porque es el resultado de circunstancias
inevitables históricas, económicas y políticas y su curso no puede ser
detenido. Iniciarla cuando las circunstancias están dadas, independientemente
de la situación en otros países, es la tarea de las fuerzas revolucionarias, en
cada país. El desarrollo de la lucha determinará la estrategia general, la
predicción sobre el carácter continental de ella surge del análisis de las
fuerzas opuestas, pero esto no excluye -lejos de ello- un comienzo
independiente.
Así como la iniciación de la lucha en un punto de un país
está destinada a extenderse a todo un país, la iniciación de la guerra
revolucionaria contribuye a desarrollar nuevas condiciones en los países
vecinos». El Che, junto con Fidel,
fueron los mejores voceros de la estrategia y la teoría revolucionaria de la
dirección cubana: hay un solo proceso revolucionario a escala conti- nental,
del cual Cuba es un eslabón muy importante, pero sólo un eslabón. La revolución
es de conjunto, continental, el triunfo se lo obtendrá en una batalla total.
Si Trotsky fue el profeta y teórico de la revolución
permanente, Guevara es su héroe, su mártir
Que cometió errores, que no era un teórico del calibre de
Marx, Lenin o Trotsky,que magnificó la técnica guerrillera del foco y las tres
etapas, ¡vamos chicos!, como dirían los camaradas cubanos a los pedantes unidos
de las cofradías izquierdistas de América y Europa, lo sabemos todos. Rosa Luxemburgo no le va a la zaga en
chingarle en algunos problemas teóricos y Liebknecht no sabía muy bien lo que
era la dialéctica, y son, sin embargo, grandes del proletariado y la revolución
universal.
Nuestro Guevara ya lo es también, por derecho propio, por
su vida, por sus enseñanzas, por su muerte. Pero por si eso no bastara, lo
sería por haber acuñado en su último documento público, su carta testamento, la
consigna y el programa de los explotados del mundo en este momento: «Hacer dos,
tres, muchos Vietnam». «Con cantos luctuosos, con tableteos de ametralladoras y
nuevos gritos de guerra y de victoria» Juramos hacerlo así, Comandante Che
Guevara. Descansa en paz...
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